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Aunque la mayoría de los pacientes con una hernia de disco responden bien a los tratamientos no quirúrgicos, algunos necesitan cirugía. En general, debe considerarse la posibilidad de una cirugía después de varios meses de tratamiento no quirúrgico. Muchas intervenciones pueden realizarse usando «técnicas mínimamente invasivas»: esto significa un menor «corte» y menos invasión al cuerpo. Estas técnicas se realizan con incisiones más pequeñas, tienen menos días de internación, menos dolor después de la cirugía y una recuperación más rápida.

La cirugía más común para una hernia de disco es una discectomía. Se trata de un procedimiento quirúrgico que elimina todo o una parte del disco intervertebral dañado. Si el problema está en el cuello, el procedimiento se hace desde adelante y se lo llama discectomía anterior (descripta con más detalle a continuación). Algunas veces el cirujano puede «crear más espacio» para el disco y el nervio quitando una parte del hueso que cubre al nervio. A esto se lo llama laminectomía (descripta con más detalle más adelante).

Últimamente, los cirujanos realizan discectomías usando varias técnicas menos invasivas (algunas veces conocidas como discectomía «micro», «mini-abierta», «mínimamente invasiva» o «percutánea»). En estas técnicas los cirujanos realizan toda la operación a través de una incisión muy pequeña o a través de un tubo que les permite insertar una pequeña cámara e instrumentos quirúrgicos especiales. Algunas veces se reemplaza el disco por un disco artificial, aunque eso es más común en el cuello que en la región lumbar.

Algunas veces se necesitan múltiples procedimientos vertebrales para reducir el dolor. Otras cirugías de columna incluyen:

  • Discectomía cervical anterior y fusión: un procedimiento que llega a la columna cervical (cuello) a través de una pequeña incisión en la parte frontal del cuello. Se extrae el disco intervertebral y se lo reemplaza con un tapón pequeño de hueso, que en su momento se fusionará con las vértebras.
  • Corpectomía cervical: procedimiento que quita una porción de la vértebra y de los discos intervertebrales adyacentes para permitir la descompresión de la médula espinal y de los nervios espinales. Para estabilizar la columna se usa un injerto de hueso y en algunos casos, una placa metálica y tornillos.
  • Laminoplastia: procedimiento en el que se accede a la zona cervical de la columna (cuello), desde la parte de atrás del cuello. El canal espinal se reconstruye para hacer más lugar para la médula espinal.
  • Fusión espinal: procedimiento que muchas veces incluye instrumentación e injertos óseos para estabilizar la columna. La instrumentación se refiere a dispositivos médicos tales como jaulas, placas, tornillos y varillas. Hay diferentes tipos de materiales de injertos de hueso, incluyendo los propios huesos del paciente (autoinjerto), los huesos de un donante (aloinjerto) y la proteína morfogenética ósea. Se puede incluir una fusión de columna con otro procedimiento quirúrgico tal como una discectomía o laminectomía.
  • Laminectomía de columna: procedimiento para tratar la estenosis espinal aliviando la presión sobre la médula. Se quita o se recorta una porción de la lámina (una parte de la vértebra), para ampliar el canal espinal y crear más espacio para los nervios.

Si su doctor le recomienda una cirugía, pregunte siempre cuál es el propósito de la operación, los resultados que puede esperar y las posibles complicaciones. No dude en pedir una segunda opinión si se le sugiere una cirugía de la espalda: es su derecho. Su médico se sentirá bien al derivarlo a un especialista para que reevalúe su condición.